¿Qué son los probióticos?

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son bacterias beneficiosas que ingerimos con los alimentos y que una vez en nuestro sistema digestivo nos ayudan, aportándonos diversos beneficios. Entre ellos, destaca la mejora de la flora intestinal, la digestión y el tránsito intestinal y del sistema inmunitario.

El 70% de los sistemas de nuestro organismo están relacionados con el intestino, y además, el intestino es un órgano inmenso que mide entre 5 y 8 metros, si funciona bien y nuestro cuerpo necesita dedicarle pocos recursos, nuestra salud será mucho mejor. Según Nutrición Sin Más, tener una flora intestinal saludable es muy importante para la salud en general, y hay ciertos alimentos que podrían perjudicar tus bacterias intestinales beneficiosas.

Yogur.

El yogur se crea agregando a la leche bacterias amigables, generalmente el Lactobacillus bulgaricus y el Streptococcus thermophilus. Los microbios alteran el azúcar natural de la leche, la lactosa. El proceso hace espeso el yogur y produce ese sabor ácido y agrio que esperas sentir. También hace que el yogur tenga menos probabilidad que la leche te ocasione esa sensación de hinchazón, de gases y otras incomodidades digestivas en personas intolerantes a la lactosa. En esencia, los microbios digieren el alimento anticipadamente. Eso hace que sean más agradables de comer.

El queso crudo.

Si eres un amante de este alimento te encantará saber que el queso elaborado con leche cruda (en cuanto se pasteuriza pierde su contenido en bacterias) son particularmente ricos en probióticos, incluyendo los grupos thermophilus, bifidus, bulgaricus y acidophilus. En este caso aplica lo mismo que lo explicado para el yogur, preferentemente tomar queso de oveja y cabra y es un alimento probiótico al que los veganos no tienen acceso.

Miso.

Se trata de un alimento fermentado tradicional de Japón. Se trata de una pasta preparada con porotos de soja, cebada o arroz integral y se suele utilizar para agregar a sopas y guisos. Destaca por su contenido en bacilos probióticos, vitaminas del grupo B y antioxidantes.

Tempeh.

Agregar cultivos microbianos a la soya cocinada tiene como resultado este pastel denso y masticable, con una textura a frutos secos o nueces. El tempeh tiene contenido más alto de proteína y fibra que el tofu y algunos dicen que es más fácil de digerir.

Los probióticos son bacterias beneficiosas que ingerimos con los alimentos y que una vez en nuestro sistema digestivo nos ayudan, mejorando  la flora intestinal, la digestión y el tránsito intestinal  así como el  sistema inmunitario.

Kvass.

Es una bebida fermentada muy común en Europa del Este. Se hace tradicionalmente mediante la fermentación de centeno o cebada, pero en los últimos años se ha hecho fermentando remolacha, y frutas junto con otras hortalizas como las zanahorias. El Kvass tiene lactobacilos y es conocida porque ayuda a limpiar el hígado y la sangre, y por su sabor amargo.

Kéfir.

Es un alimento originario de la región Caucásica en Rusia. En cuanto a composición es similar al yogurt búlgaro aunque su composición emplea la leche de cabra fermentada. El kéfir contiene una alta concentración de lactobacilos y abundantes antioxidantes.

El principal beneficio que le aporta al organismo es que logra equilibrar la flora bacteriana intestinal eliminando la putrefacción y dejando en su lugar la fermentación láctica. El consumo de kéfir estimula la digestión y evita el estreñimiento. Se considera que es una fuente importante de potasio, calcio, vitaminas y fósforo.

Kimchi.

Se obtiene por fermentación de repollo chino, se le puede añadir pepino, ajo, cebolla, guindilla o especias. Se deja fermentar durante dos semanas. Su sabor es salado y picante, se añade a sopas, arroces, fideos, guisos. Es un gran antioxidante y fortalece el sistema inmunológico. Rico en vitamina C, B1, B2, carotenos, calcio y proteínas. Se incluye dentro de los alimentos probióticos ya que su fermentación produce ácido láctico que en el intestino previene el crecimiento de flora patógena.

Vinagre de manzana.

El vinagre de manzana aunque no es un alimento probiótico, contiene un ingrediente muy útil para los probióticos: la pectina de manzana, que sirve de alimento a la microbiota (flora intestinal).

Microalgas.

Espirulina, chlorella, algas verdes y azules, activan los lactobacillus y las bifidobacterias del intestino. Además, son muy nutritivas y antioxidantes. Puedes añadirlas en polvo a tus batidos y prepararte un buen smoothie para desayunar.

Pan agrio.

El pan agrio está repleto de carbohidratos. Tradicionalmente se le trató como un pan de mala calidad pero las bacterias de su masa ácida son probióticas. Además es uno de los panes más sabrosos que existen.

Este pan agrio se elabora con una masa de levadura así como con bacterias llamadas “lactobacilos”. Con ello, todos los ingredientes del pan se fermentan pero lo mejor es que se aportan bacterias y probióticos beneficiosos para el sistema digestivo a la vez que se disfruta de un pan sabroso.

Para notar cambios en tu salud digestiva consume alimentos con probióticos al menos durante 10 días. Pero si quieres gozar de los beneficios de forma permanente sé constante durante tres meses consecutivos… ¡Notarás la diferencia y te encantará!

Edith Gómez

Colaboradora

Canal Salud Integrativa

Desde Medintegra proponemos una visión global de la persona, la familia y la comunidad. Estamos interesados en educar en salud, que permita al paciente tener los conocimientos necesarios para ejercer una salud proactiva y responsable. Apostamos por estrategias de abordaje actualizadas e integradas en el marco de conocimientos de las Ciencias de la Salud así como aquellos conocimientos derivados de la Medicina Tradicional según la descripción de la OMS.

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