La placenta es una estructura común a todas las especies de mamíferos. De carácter transitorio permite diversas funcionalidades: intercambio de gases, nutrientes y desechos entre la madre y el bebe. Además, la placenta tiene capacidad para producir neurotransmisores, como serotonina, dopamina, norepinefrina/epinefrina, que pueden circular e influir en el desarrollo del cerebro. Tiene especial sensibilidad a los procesos de estrés que se ve sujeto el útero.
la serotonina sintetizada en la placenta a partir del l-triptófano materno llega al cerebro fetal
Fundador y Director de Red Medintegra
Algunos autores apuntan a que los trastornos neuro-conductuales, como los trastornos del espectro autista, probablemente tengan su origen en alteraciones de la placenta. Esta íntima relación entre la placenta y el cerebro ha llevado a acuñar el término eje placenta-cerebro.
La desconocida morbilidad que rodea los procesos de inflamación de bajo grado en la población general aboca cierta incertidumbre sobre cómo la salud materna afecta a nuestra descendencia. Pero el hecho de la existencia del Low grade inflammation es totalmente constatable.
Goeden et al. apuntan a que durante el desarrollo típico de un embarazo, la serotonina (5-HT) sintetizada en la placenta a partir del l-triptófano (TRP) materno llega al cerebro del feto. Allí, la 5-HT modula procesos críticos del desarrollo neurológico. Bajo modelos murinos los autores relatan que un desafío inmunitario materno moderado regula al alza la conversión placentaria de L Triptófano rápidamente a 5-HT. La inflamación materna interrumpe los procesos neurogénicos dependientes de la serotonina durante el neurodesarrollo fetal. De forma más específica se detectó un crecimiento alterado del axón serotoninérgico como resultado del aumento de 5-HT en el prosencéfalo fetal.
Aunque el ámbito estéril de la placenta no ha sido cuestionado hasta fechas recientes, se han identificado especies bacterianas cultivables y no cultivables en la placenta obtenida después de un embarazo a término normal.
Los bebés nacidos por vía vaginal adquieren bacterias que se asemejan más al microbioma vaginal materno (predominantemente Lactobacillus y Prevotella ), mientras que los bebés nacidos por cesárea (cesárea) adquieren bacterias que se asemejan al microbioma de la piel ( predominantemente Staphylococcus ). Se cree que los microbios a los que los bebés están expuestos por primera vez al nacer desempeñan un papel en la posterior maduración de las comunidades microbianas, específicamente en el intestino . La diversidad bacteriana aumenta con la edad y la composición se parece gradualmente a la de los adultos.
Es plausible que una exposición materna a un suceso durante el embarazo pueda inducir una ‘cascada metabólica’ a las generaciones posteriores, por lo que la programación fetal podría alterar el metabolismo adulto posterior, lo que, a su vez, cambiaría la fisiología del útero que recibe y re-programa el embrión temprano de la siguiente generación y / o las señales metabólicas transplacentarias al feto. En teoría, este proceso podría ser independiente del genotipo.
Desde Medintegra proponemos una visión global de la persona, la familia y la comunidad. Estamos interesados en educar en salud, que permita al paciente tener los conocimientos necesarios para ejercer una salud proactiva y responsable.
Apostamos por estrategias de abordaje actualizadas e integradas en el marco de conocimientos de las Ciencias de la Salud así como aquellos conocimientos derivados de la Medicina Tradicional según la descripción de la OMS.