La suplementación por encima de la cantidad diaria recomendada puede resultar eficaz contra las infecciones respiratorias

Mikel García Iturrioz
Director de Misohi

La suplementación por encima de la cantidad diaria recomendada (CDR), pero dentro de los límites superiores de seguridad aconsejados, puede ser una alternativa para ayudar a combatir las infecciones relacionadas con las vías respiratorias. Así lo ha demostrado un estudio que se centra en nutrientes como las vitaminas C y D.

Según el artículo publicado en la revista Nutrients, el equipo ha utilizado las lecciones aprendidas en la crisis actual (COVID) para favorecer este enfoque. Concretamente, han abordado las incidencias generalizadas de ingesta inadecuada de nutrientes que provocan una disminución de la resistencia a las infecciones y un aumento de la carga de enfermedades.

Mantener sano el sistema inmune

El equipo de investigación lo ha dirigido el Dr. Philip Calder, profesor de inmunología nutricional en la Universidad de Southampton (Reino Unido). El Doctor ha subrayado que “el apoyo nutricional óptimo para el sistema inmunológico puede requerir ingestas superiores a la CDR de algunos micronutrientes”. También ha destacado que “al mismo tiempo, las infecciones y otros factores de estrés pueden reducir el estado de micronutrientes en el cuerpo”.

 

Cabe destacar que los niveles de vitamina C pueden disminuir durante los períodos de infección, por lo que se requieren ingestas más altas para restaurar los niveles sanguíneos normales. Estas ingestas y niveles sanguíneos más altos están asociados con mejores resultados clínicos.

Los investigadores han apuntado que “se recomienda una ingesta diaria de al menos 200 mg de vitamina C al día para personas sanas”. Este nivel está por encima de la dosis diaria recomendada de 80 mg /día en la Unión Europea (Directiva 2008/100/CE de la Comisión de 28 de octubre de 2008) y es difícil alcanzarlo únicamente a través de la dieta, por lo que se recomienda incluir suplementos de vitamina C.

Enfermedades respiratorias

Las infecciones agudas del tracto respiratorio son una de las principales causas de muerte en todo el mundo, como lo ilustran las epidemias de influenza estacional y el reciente brote de la enfermedad por coronavirus causada por la infección por SARS-CoV-2.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe estacional mundial provoca entre 3 y 5 millones de casos de enfermedades graves que requieren hospitalización. Lo que se traduce entre 290.000 y 650.000 muertes al año.

 

Si bien las vacunas pueden resultar efectivas para proteger contra enfermedades infecciosas, pueden tardar años en ser efectivas y administrase a población suficiente. Además, estas no están disponibles contra todos los virus, lo que nos recuerda a la actual batalla por conseguir la vacuna perfecta que acabe con la COVID-19. Una vez conseguidas y creadas brindan diferentes niveles de protección.

Micronutrientes, minerales y omega-3

En este contexto, los autores recomiendan la suplementación con: vitaminas A, B6, B12, C, D, E y ácido fólico; oligoelementos como zinc, hierro, selenio, magnesio y cobre; y ácidos grasos omega-3. “Es una estrategia segura, eficaz y de bajo coste para ayudar a mantener una función inmunológica óptima”, añaden los investigadores.

Con la excepción de la vitamina E y el magnesio, cada uno de estos micronutrientes ha recibido declaraciones de propiedades saludables en la Unión Europea. Esto se debe a que todos ellos contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunológico. En el caso de los ácidos grasos omega-3, estos también apoyan un sistema inmunológico eficaz, ya que apoya a la respuesta inflamatoria.

Detalles de la investigación

En el estudio han participado expertos de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), la Universidad Estatal de Oregon (EE. UU) y el Centro Médico de la Universidad de Groningen (Países Bajos). El equipo continúa sugiriendo una serie de funciones mecánicas que desempeñan los micronutrientes para optimizar la función inmunológica. Esto incluye la producción de múltiples efectos en un solo gen que respalda la función inmunológica, ayudando específicamente al desarrollo y mantenimiento de barreras físicas y la producción y actividad de proteínas antimicrobianas.

Por otra parte, los autores se han centrado en el crecimiento, la diferenciación y la motilidad (quimiotaxis) de las células innatas. Por ejemplo, las actividades fagocíticas y destructoras de neutrófilos y macrófagos; y la promoción y recuperación de la inflamación.

Además, el equipo cree que una ingesta adecuada de ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) apoyaría la resolución de la inflamación a través de la producción de metabolitos antiinflamatorios de estos ácidos grasos. Incluso podría tener repercusión en el tracto respiratorio. En este caso, se recomienda una ingesta de 250 mg de EPA + DHA por día, de acuerdo con las recomendaciones de los expertos a nivel mundial.

Deficiencia de nutrientes

 

Las deficiencias de estos nutrientes pueden afectar a las funciones inmunes”, según los autores. Asimismo, insisten en que “dependiendo del nutriente o nutrientes deficientes, puede haber disminuciones en el número de linfocitos, deterioro de la fagocitosis y muerte microbiana por parte de las células inmunes innatas, producción alterada de citocinas, respuestas reducidas de anticuerpos e incluso deterioro en la cicatrización de heridas”.

Por lo tanto, estas deficiencias funcionales son, presumiblemente, las que conducen a las manifestaciones clínicas de deficiencia relacionadas con el sistema inmunológico. “De hecho, las personas con deficiencia de vitamina C son susceptibles a infecciones respiratorias graves como la neumonía”, han declarado los investigadores.

Recomendación final

Por último, el equipo de investigación alienta a los encargados de la salud pública a incluir estrategias nutricionales en sus recomendaciones para mejorar el bienestar de la ciudadanía. Las vacunas o las medidas de higiene son importantes para ayudar a limitar la propagación y el impacto de las infecciones, incluso contra los virus respiratorios agudos.

Sin embargo, han afirmado que la situación actual con los resultados graves de COVID-19 y las cifras anuales de mortalidad de las infecciones respiratorias “dejan claro que estas prácticas por sí solas no son suficientes”. Están surgiendo continuamente nuevas cepas de gripe, “por lo que se requiere el desarrollo de nuevas vacunas con eficacia variable, ya que los brotes de virus nuevos pueden ser enormemente difíciles de contener”, ha publicado el equipo.

Por ello insisten en la ingesta óptima de nutrientes, incluida la suplementación por encima de la dosis diaria recomendada de ciertas vitaminas de apoyo inmunológico. “Esto puede promover una función inmunológica óptima, ayudar a controlar el impacto de las infecciones y limitar la aparición de cepas nuevas más virulentas”.

Los investigadores recomiendan que se incluyan estrategias nutricionales en el ámbito de la salud pública. “Es un paso importante para ayudar a limitar el impacto de las infecciones virales emergentes y estacionales”, han concluido.

 

Referencias

Calder PC, Carr AC, Gombart AF, Eggersdorfer M. Optimal Nutritional Status for a Well-Functioning Immune System Is an Important Factor to Protect against Viral Infections. Nutrients. 2020 Apr 23;12(4):1181.

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